Finalmente, mucho antes de lo que cualquiera hubiera esperado, el Aceitoso se quedo huerfano, supongo que ahora de andar solo por la vida lamentandose como el Frankenstein que era.
Descanse en paz el negro Fontanarrosa, gracis por haberte dejado robar unos cuantos chistes. Atentamente Lupe Muñoz.
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