Anoche en la inauguración de la retrospectiva de Jis en el Museo de Arte de Zapopan. Mucho mono con historia (Yo empecé a ubicar a Jis cuando hacia un suplemento para El Occidental llamado “Monobloc, todos venimos del mono” como en 1987) y no solo historia del monero; la ciudad y hasta uno mismo se puede recordar en esos monos. Le di una mirada rápida, estuvo llenísimo, pero volveré con al menos unas 2-3 horas disponibles pa’ verlo, me divertiré. Gran tipo Jis, se acordó de Ange de cuando ella lo invito a dar una platica durante una “Semana Cultural” en su Universidad, hace 15 años!
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viernes, 19 de octubre de 2012
martes, 14 de agosto de 2012
67
Que hoy cumple 67 años Wim Wenders. Paris-Texas fue
probablemente la primera película que me impresiono desde un punto de vista artístico
mas que de espectáculo, aun de vez en cuando vuelvo a ella y he tenido la
oportunidad de verla en cine (la peli es de 1984 y yo la vi como en 1991) dos
veces, ambas veces mis acompañantes parecen no haber entendido que es lo que le
veo, creo que ni yo lo se. Después con los años relaje mis ideas y me
reconcilie con el cine-espectáculo, diría Wilde “disculpen que no lo sepa todo,
pero es que no soy tan joven”.
Me siento un poco triste este día, no te mueras
Marizza, sigue celebrando tu vida.
jueves, 2 de junio de 2011
Leonard Cohen
What I'm Doing Here
I do not know if the world has lied
I have lied
I do not know if the world has conspired against love
I have conspired against love
The atmosphere of torture is no comfort
I have tortured
Even without the mushroom cloud
still I would have hated
Listen
I would have done the same things
even if there were no death
I will not be held like a drunkard
under the cold tap of facts
I refuse the universal alibi
I have lied
I do not know if the world has conspired against love
I have conspired against love
The atmosphere of torture is no comfort
I have tortured
Even without the mushroom cloud
still I would have hated
Listen
I would have done the same things
even if there were no death
I will not be held like a drunkard
under the cold tap of facts
I refuse the universal alibi
Like an empty telephone booth passed at night
and remembered
like mirrors in a movie palace lobby consulted
only on the way out
like a nymphomaniac who binds a thousand
into strange brotherhood
I wait
for each one of you to confess
and remembered
like mirrors in a movie palace lobby consulted
only on the way out
like a nymphomaniac who binds a thousand
into strange brotherhood
I wait
for each one of you to confess
(Que gano el "Principe de Asturias")
domingo, 13 de diciembre de 2009
Circulo Vicioso: Los Angeles en la FIL
Este año, como casi todos, no asistí como me hubiera gustado ir, solo un par de veces y solo atendí una presentación, la de "El museo de la inocencia" de Orhan Pamuk, en donde estuvo el mismo Pamuk, asi como Jordi Soler y Jorge Volpi. Comprar libros en la FIL es una experiencia mucho menos placentera que en una librería a menos que busques algo muy especifico de una editorial muy específica (lo cual nunca ha sido mi caso), aun asi me di a la tarea de comprar el libro de Pamuk (por si se me hacia que lo firmara, lo cual no ocurrió) , así como los clásicos libros de Jis y Trino (los verdadero reyes de la FIL, junto con el stand de "los libros mas pequeños del mundo) de cada año y un volumen de cartones de "The New Yorker", sin embargo mi libro favorito será el de los "Diarios del Fin Mundo" de algunos blogueros que yo conocí cuando eran unos niños y ahora hasta intelectuales parecen, en una de esas me los convenceré de hacerme su manager y juntos ejerceremos un plan por el dominio mundial. La Wera se mantuvo ocupadísima como cada FIL y le estuve ayudando en lo que se pudo...
No asistí a ver a Los Lobos ni a ningún otro evento del Foro Expo, que la neta está muy chido para conciertos, pero prefería cuando la FIL hacia sus eventos prácticamente en la calle, era como si la música tomara por asalto la ciudad. En fin, los dejo con una selección de música Chicana.
jueves, 23 de julio de 2009
Perro Perdido
Ya no podemos/debemos estar tristes, como decia Harrison, all things must pass...
A falta de algo divertido que pueda venir a mi cabeza hoy, los dejo con el cuento de Perros de Alejandro Aura, un grande que se nos fue hace poco:
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Un señor pierde su perro. Está bien, cualquier señor cualquier día pierde su perro. Hay muchos señores que pierden su perro. O no. Pero éste es un señor que pierde su perro un día. Como cualquiera, digamos. Por decir algo: pierde su perro por angas o por mangas. Lo pierde porque se sale a la calle y entonces ya deja de tener perro porque los perros se pierden. No es que los perros se pierdan de por sí, porque tienen un olfato y unas patas que los guían, pero digamos que los perros se pierden cuando el olfato o las patas dejan de guiarlos. O cuando se pierden. Hay perros que se pierden.
Por decir algo: deja de estar en la casa. Y entonces el perro se da por perdido. Pero como es el perro de la casa su pérdida acarrea dolor. Trae una sensación como de que el perro se ha perdido; el que hacía tales y tales cosas, el que lo recibía a uno, el que ladraba, el que babeaba de tal modo. En fin, el perro. Pero deja de estar en la casa en cuanto se pierde, en cuanto uno se da cuenta de que no está. ¿Y el perro? No, pues se perdió. Cómo que se perdió. Sí, pues no está. Pero cómo que no está. No, no está. Se perdió.
Sin perro no se puede estar. O bueno, no se puede estar bien sin ese perro. Porque es el perro de la casa y se ha perdido. Cada uno de los de la casa tiene una idea del perro. Lo trata de alguna manera, lo quiere, le estorba. Y ya no hay perro que tratar ni perro que querer ni perro que le estorbe a uno. Ni perro que le ladre. Es que el perro se ha perdido. Algunas veces, sin embargo, los perros se pierden. Digamos que los perros tienen esa característica. Además de que uno los quiere, le estorban o los trata, los perros se pierden.
Y si el perro se pierde ya no hay perro. Hay muchos otros perros, pero ya no hay perro. Y muchos otros perros no son ningún perro. De modo que si el perro se pierde deja de haber perro. Oh, bueno, qué importan todos los perros. Importa el perro y si el perro se va... o, como decir, si el perro se pierde, queda un hueco. El hueco que el perro ocupaba. O no, no el hueco sino el lugar, el espacio, el tiempo que el perro ocupaba. El espacio, el tiempo, el lugarcito que el perro ocupaba.
Un señor ha perdido su perro. Por angas o por mangas ese señor está ya sin su perro. Pero no es ese señor solo, sino su mujer, sus hijos y su casa. O sea que todos han perdido su perro. Claro que el señor siente que ha perdido su perro, pero cada uno de los demás de la casa siente que ha perdido su perro. Y la casa misma siente que ha perdido su perro. Es decir, siente que ya no está. Punto.
Cada uno de los hijos siente, por su parte, que ha perdido su perro. Y la señora siente también, a su modo, que ha perdido su perro. No sólo el señor ha perdido su perro sino que el perro de todos se ha perdido. Y el perro de la casa, en general, se ha perdido.
Pero, cómo que se ha perdido. Pues sí, ya no está. Estaba la puerta abierta y el perro se fue. O alguien se lo llevó, o lo que sea pero el caso es que el perro ya no está y antes sí. Estaba allí, como un perro. Naturalmente. Como cualquier perro de cualquier casa. Su quehacer era estar allí y ladrar, dar con la cola, comerse todo lo que le quedaba cerca del hocico, hacerse el notorio, hacerse el disimulado. En fin: un perro. Pero ya no está. Se perdió el perro de todos, el perro de la casa.
Y la casa está idéntica, en el mismo lugar, con la misma gente, con las paredes del mismo alto, pero sin perro.
Carajo, no está el perro, dónde está, quién dejó la puerta abierta, qué no ven que se pudo haber salido. Y no está acostumbrado a andar solo por la calle. Dónde está el perro. Demonios, dónde está el perro. Quién carajos dejó la puerta abierta.
El caso es que el perro ya no está. Y el señor piensa, siente, que ha perdido su perro. Y cada uno de los demás que viven en la casa siente, sabe, que ha perdido su perro. El perro que tenían entre todos. El que era el perro de la casa. No su íntimo perro, sino su perro. El perro de cada uno de los de la casa. Qué lata.
¿Se pierden los perros? ¿Los perros son para perderse? A ver, veamos: el perro se salió. Estaba abierta la puerta. Si se salió se pudo haber perdido, o se pudo haber ido a alguna otra casa, o a alguna parte. Vamos a ver si se metió en alguna casa. Vamos a ver si anda por ahí. Si no, va a volver cuando le dé hambre. Lo mejor que le puede ocurrir a un perro perdido es que le dé hambre y vuelva a donde come. Ya está, no hay por qué preocuparse: cuando le dé hambre va a volver.
Chst, chst, chst, perro. Todos los que perdieron al perro van por las calles aledañas chistándole al perro. Al cabo va a volver. En cuanto le dé hambre va a volver. Chst, chst, perro, perrito. La casa es la única que no le puede chistar, pero está allí, sólida, es¬perando al perro. Espera y espera. Al cabo va a volver. Pero no vuelve.
Es decir, que el señor ha perdido su perro y su mujer del señor ha perdido su perro, y por consiguiente, sus hijos también perdieron su perro. No se diga la casa, que, aunque no diga, está desconcertada sin el perro. Porque todo está igual, no pasa nada, sólo que falta el perro. Es decir, que un señor ha perdido su perro. ¡Puta madre, tan buen perro!
Habiendo tantos perros, es lo de menos perder uno, piensa el señor, pero no se conforma. Sí es cierto que hay muchos perros, pero un perro es un perro. No es como un hijo: es un perro. Pero cómo se salió, quién dejó abierta la puerta, carajo, ¿qué no ven que se pudo haber salido el perro?
Pero un perro solo bien puede ir por las calles. Sortear los coches, hasta cierto punto. Digamos que hasta donde los coches pueden ser sorteados por un perro que no está acostumbrado a andar solo por las calles. O sí, aunque esté acostumbrado, hasta cierto punto. Es decir, que bien pudo haber sido atropellado por un coche en cualquier calle. Todos piensan, aunque no lo digan, que bien pudo ser atropellado por algún coche en alguna calle. Como decir: entonces el perro de la casa ya no va a volver, porque si ha sido atropellado por un coche, lo más seguro es que ya no vaya a volver. Ni siquiera rengo. Cualquiera piensa (señora, hijos, señor, casa) que bien puede no volver ya nunca si algo tan horrible le ha pasado. Y ese accidente les pasa con frecuencia a los perros en la calle. No es cosa del otro mundo. Lo pudo haber sido golpe muerto apachurrado tripas atropellado un coche y sanseacabó. Entonces no va a volver. Si le ha ocurrido un accidente.
Chst, chst, perro, perrito nuestro, perro. Bueno, puede no volver y entonces ya. Pero no es un perro que uno diga, bueno, si no vuelve, que no vuelva y ya. Porque no es un perro chico. El perro que se perdió del señor es un gran perro. Es decir, es un perro grande. Y es, además, el perro. Grande o chico, es el perro. Atropellado o perdido, o metido en cualquier otra casa, es el perro de uno y uno no tiene por qué aceptar que se le pierda su perro. Así nomás. Porque alguien dejó la puerta abierta, a lo baboso. Pero qué descuido, carajo, quién dejó la puerta abierta. ¿Y no vieron si alguien se lo llevó? Estaba tan grande y era tan buen perro que alguien se lo pudo haber llevado.
Aunque pasen días y días, uno piensa siempre que el perro va a volver. En cuanto le dé hambre. Sin embargo el argumento va perdiendo brillo. Ya le debe haber dado hambre y no ha vuelto. Demonio de perro. No ha vuelto. Ni aunque le haya dado ya hambre. A lo mejor lo atropelló un coche.
Cada quién ha de pensar algo parecido, pero nadie habla de eso. A lo mejor lo atropelló un coche, porque no sabía andar solo por la calle. Pero quién va a hablar de eso. El perro es un perro grande, bonito, fino; no muy educado, pero fino. Y grande, como para que cualquier coche que quisiera atropellarlo lo viera a tiempo de enfrenar. A menos que quisiera atropellarlo. Pero quién va a querer atropellar a un perro tan fino. No, en cuanto le dé hambre va a volver. Pero ya le debe haber dado hambre muchas veces. ¿Qué hace un perro fino cuando —y grande— le da hambre muchas veces? Volver. Hace volver. Pero no ha vuelto.
A lo mejor un señor de un coche que lo iba a atropellar y no quiso, se detuvo, se bajó del coche, sacó un mecate y trató —¡coño, qué perro tan grande, y tan fino!— de meterlo a su coche para llevárselo a su casa. Aunque fuera el perro de otra casa. A veces algunos ambicionan los perros de otras casas. Y más si el perro se salió de la casa, que está demudada, porque estaba la puerta abierta, y el señor estaba a punto de atropellarlo. Y claro que el señor del coche no sabe de dónde es ese perro. Ni sabe que un señor ha perdido su perro. Y no sólo un señor sino una señora y unos hijos, más la casa, que también lo ha perdido. Y trata de meterlo a su coche pero el perro se resiste, no le gusta el mecate. O no le gusta el señor. O no le gusta el coche. O el olor. Porque los perros se fijan en eso. El olor hace que el perro vuelva. Si es que vuelve. El olor y las patas, pues. El olor hace al perro.
Y en eso va pasando otro señor en otro coche que no tiene ni siquiera la intención, ni la posibilidad, de atropellar al perro, porque un señor de un coche lo está jalando con un mecate para meterlo en su coche. Oiga, señor, por qué jala a ese perro.
Pero este nuevo señor no es el del perro. Él no ha perdido ningún perro. O no ahora. Sino que le gustan los perros y siente algo raro. Cómo que lo está jalando con un mecate para meterlo en su coche. No ha de ser su perro. Porque si fuera, no tendría que jalarlo. Oiga, señor, por qué jala a ese perro. No es que le importe, sino que es un perro grande y fino al que un señor de un coche está jalando con un mecate para meterlo en su vehículo. Y el perro sí sabe que ese señor no es el señor de ese perro, ni trae a la señora ni a los niños, ya no digamos la casa de ese perro. Entonces, por qué lo jala con un mecate. Oiga, señor, por qué jala a ese perro grande y fi...
El señor del coche que no atropelló al perro pero lo está jalando con un mecate se sube a su coche y se va. Carajo, no debe haber sido su dueño, piensa el nuevo señor del otro coche. Qué dilema. Chst, chst, perrito, le dice, o le diría, o le habrá dicho, ve tú a saber, y el perro que ya perdió a su dueño y su casa y la señora y los niños y la perra memoria con el susto, se sube al coche del otro señor recién aparecido. Demonios, qué perros éstos. Y se va con el señor del otro coche. Qué predicamento. Los perros no tienen buena memoria. O, digamos, en ciertas circunstancias no les importa la memoria. O, lo que importa, en el caso de los perros perdidos, no es la memoria.
El caso es que el perro que perdió un señor (y, claro, una señora, unos niños, un plato, un jardín, una casa), acaba de subirse al coche de otro señor que no es el suyo y que tampoco tuvo la posibilidad de atropellarlo. Qué enredo.
Mientras tanto el señor, la señora y los niños y la casa y el plato que perdieron un perro están inconsolables. Por qué no usan teléfono los perros, coño. Cómo no pueden decir dónde andan si se pierden. Para qué se salen de la casa los perros de uno si no tienen recursos para decir de dónde son. Qué lata. El perro no aparece. Siquiera le hubiéramos puesto una medalla con sus datos. De modo que fuera un perro con una medalla de identificación. Hay perros así. Cómo, si abrimos la puerta, no le hemos puesto nunca una medalla de identificación al perro. Qué torpeza. Una medalla con la dirección y el teléfono. Y su nombre. Para que si se quedan con él sepan cómo se llama y no le anden diciendo chst, chst, perro, perro.
Pero el caso es que un señor ha perdido su perro. Y eso es lo que no está bien. No está bien que un señor pierda su perro. Por ningún motivo está bien. Siendo grande y fino, no está bien que ya no ladre, ni menee la cola así, ni enlode la ropa con la pata, ni lama la mano ni haga todas sus lecciones de perro. Carajo, dónde andará.
O adivinar si un señor que va pasando por una calle con su coche ve que otro señor, que está afuera de su coche, está tratando de meter un perro grande y fino en su coche con un mecate, le dice, oiga, señor, por qué jala a ese perro, y el señor del coche deslegitimado en ese instante, se sube a su vehículo y se va como si fuera un ladrón dejando al perro desamparado y asustado. Y jaloneado. Porque hay perros que no están acostumbrados a andar solos por la calle y cualquiera que les diga chst, chst, perrito, se los puede llevar. Siempre que no quieran jalarlos con un mecate.
Por lo tanto, el señor que no quiso, ni hubiera podido, atropellarlo, sino que le gustan los perros, le dice chst, chst, perrito, y el perro del señor que perdió su perro se sube al coche de otro señor que ni ha perdido su perro ni quería atropellar a ninguno ni sabe cuál es el señor, la señora, los niños, la casa y el plato que han perdido un perro. Qué odisea.
ero veamos: en una casa hay un señor al que le gustan los perros. Como hay muchos señores a los que les gustan los perros. No tiene nada de particular. Es un señor. Pero resulta que ese señor en particular se ha encontrado un perro. Cómo que te encontraste un perro. Pues sí, me encontré este perro. Se ve que es fino y es grande y es muy bonito. Ha de haber sido de alguien que lo perdió, porque éste es un perro fino. Alguien lo ha de haber perdido porque un señor de un coche que, por fortuna, no lo atropelló, lo estaba jalando con un mecate. Por qué jala usted al perro con un mecate, le iba a decir, pero el señor se subió a su coche y se fue y entonces el señor tiene ahora dos perros. Bueno, ahora tiene un perro y una perra, porque resulta que le encontró un perro al que otro señor de otro coche estaba jalando con un mecate y le dijo chst, chst, perro, perrito, perrito, y el perro se subió a su coche y se lo ha traído a su casa. Qué gusto pero qué contrariedad porque ahora tiene un perro y una perra, más una señora, unos hijos, una casa y un recipiente para darles de comer a dos perros. Uno que ya tenía, o más bien, una, y el que se encontró. Dos perros. Una casa con dos perros grandes y finos.
Cómo que te lo encontraste si es muy fino. Y muy grande. Sí, me lo encontré. Es como decir: estaba tirado y lo recogí y como no tenía dueño me lo traje a la casa. Quién será su dueño. Ha de tener un dueño. Ha de ser de algún señor que ha perdido su perro. Y a lo mejor el señor del perro tiene hijos y señora y casa, y ahora no tienen perro que les ladre. A lo mejor han perdido su perro. Qué contrariedad. Hay gente que pierde su perro. Por eso nunca hay que dejar la puerta abierta. Porque se salen y no pueden hablar por teléfono para decir estoy en tal o tal lugar, vengan por mí. Se pierden y ya: se perdieron. Uh, pues está muy grande y es muy fino. Y parece muy dócil, porque el señor nada más le dijo chst, chst, chiquito, y el perro se subió a su coche y por eso se lo trajo a su casa. Porque a dónde lo iba a llevar si los perros no dicen dónde viven y no dicen que un señor los perdió.
Lo de menos es que el perro se quede en la casa porque es de la misma raza que la perra de la casa y cuando la perra necesite reproducirse ya tiene perro que la ayude. Y qué perro. Un perro fino y dócil. Qué dócil es y qué fino. Y qué bonito. Se va a llamar Smith, porque es muy fino. No, mejor Maurice porque se ve que es un perro fino. Mejor hay que llamarlo Lobo. Chst, chst, Lobo, Lobo, ven. Pero el perro del señor que había perdido su perro no entiende ese nombre y no va. Chst. chst, Maurice, Maurice. Y no va. Smith, Smith, come in, come in. Y el perro va porque le están dando de comer a la perra y también le dan de comer al perro que un señor estaba jalando con un mecate, y así.
Pero, ¿pueden pasar muchos días sin que un perro perdido de una casa que tenía un señor, una señora, unos niños y un plato, se ponga triste? Está muy triste Lobo. Ven, Smith, no te pongas triste. Maurice, Maurice, por qué estás triste. Coño, cómo le haremos, el perro está triste. Ya tiene muchos días en la casa del señor que ya tenía perro —perra— pero cada día está más triste. Así los perros no pueden estar. Para qué los quiere uno así. So¬bre todo los perros que se pierden. Deberían traer una medalla al cuello con su nombre y su dirección. Porque si alguien los pierde los perros se ponen tristes. Qué caos.
¿Estará vacunado? ¿Este perro estará vacunado? Sí, tiene una medalla al cuello con la fecha de su vacuna. O sea, que sí está vacunado. No le puede dar rabia, ni moquillo. Así que era un perro al que vacunaron. ¿Te vacunaron, Smith? Maurice, Lobo, te vacunaron, ¿verdad? Habla, perrito, habla. ¿No vas a hablar? No, claro. Si hablaran no se perderían. Así es que en la medalla está el nombre de su veterinario. Con el teléfono y la dirección de su veterinario. Uf. Vamos a ver si el veterinario sabe de quién es este perro, porque está muy triste.
Mire, doctor: un mecate, sí, con un mecate. No, grande, y fino. Nosotros, Smith, pero no sabemos. Negro y muy dócil. En tales y tales calles. A lo mejor es de un señor que perdió su pe¬rro. Muy triste. Por eso, muy triste. Unos aullidos que parecen mugidos de vaca. Es decir, como de toro. Como quien dice, uno oye y parece un toro mugiendo. Nosotros, una perra de la misma raza. No, ella no. Es que un perro así. No, no puede andar sin que alguien diga qué bonito perro, me lo llevo a mi casa. Collar, sí, pero sólo con la medalla de la vacunación que dice que lo vacunaron contra la rabia (y de seguro contra el moquillo, ¿no? ¿Usted vacuna? Ah, porque nosotros también tenemos, y como está muy triste. Una tragedia. ¿Como de detectives? Ja, ja. Sí, como de detectives. Pues mis hijos. Y una señora. Nuestra perra tiene una señora y un señor, bueno, me tiene, y unos hijos y comprendemos. Casa y plato. Pero es que un señor afuera de su coche, un día, con un mecate, en tal y tal esquina. Perrito, chst, perrito. Se lo voy a agradecer mucho porque está muy triste.
Tantos perros tiene la clínica. Tantas vacunas. A ver qué perros finos hay por tal y tal calles. Qué perros, nosotros. Mire, debe de ser el perro de tal señor. Digamos: no sé, pero podría ser tal perro. Como decir, podría ser cualquier perro, pero a ver. Porque a veces se pierden. Tal número de teléfono, tal nombre.
¿Bueno? Que si aquí hay un señor que ha perdido un perro.
A falta de algo divertido que pueda venir a mi cabeza hoy, los dejo con el cuento de Perros de Alejandro Aura, un grande que se nos fue hace poco:
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Un señor pierde su perro. Está bien, cualquier señor cualquier día pierde su perro. Hay muchos señores que pierden su perro. O no. Pero éste es un señor que pierde su perro un día. Como cualquiera, digamos. Por decir algo: pierde su perro por angas o por mangas. Lo pierde porque se sale a la calle y entonces ya deja de tener perro porque los perros se pierden. No es que los perros se pierdan de por sí, porque tienen un olfato y unas patas que los guían, pero digamos que los perros se pierden cuando el olfato o las patas dejan de guiarlos. O cuando se pierden. Hay perros que se pierden.
Por decir algo: deja de estar en la casa. Y entonces el perro se da por perdido. Pero como es el perro de la casa su pérdida acarrea dolor. Trae una sensación como de que el perro se ha perdido; el que hacía tales y tales cosas, el que lo recibía a uno, el que ladraba, el que babeaba de tal modo. En fin, el perro. Pero deja de estar en la casa en cuanto se pierde, en cuanto uno se da cuenta de que no está. ¿Y el perro? No, pues se perdió. Cómo que se perdió. Sí, pues no está. Pero cómo que no está. No, no está. Se perdió.
Sin perro no se puede estar. O bueno, no se puede estar bien sin ese perro. Porque es el perro de la casa y se ha perdido. Cada uno de los de la casa tiene una idea del perro. Lo trata de alguna manera, lo quiere, le estorba. Y ya no hay perro que tratar ni perro que querer ni perro que le estorbe a uno. Ni perro que le ladre. Es que el perro se ha perdido. Algunas veces, sin embargo, los perros se pierden. Digamos que los perros tienen esa característica. Además de que uno los quiere, le estorban o los trata, los perros se pierden.
Y si el perro se pierde ya no hay perro. Hay muchos otros perros, pero ya no hay perro. Y muchos otros perros no son ningún perro. De modo que si el perro se pierde deja de haber perro. Oh, bueno, qué importan todos los perros. Importa el perro y si el perro se va... o, como decir, si el perro se pierde, queda un hueco. El hueco que el perro ocupaba. O no, no el hueco sino el lugar, el espacio, el tiempo que el perro ocupaba. El espacio, el tiempo, el lugarcito que el perro ocupaba.
Un señor ha perdido su perro. Por angas o por mangas ese señor está ya sin su perro. Pero no es ese señor solo, sino su mujer, sus hijos y su casa. O sea que todos han perdido su perro. Claro que el señor siente que ha perdido su perro, pero cada uno de los demás de la casa siente que ha perdido su perro. Y la casa misma siente que ha perdido su perro. Es decir, siente que ya no está. Punto.
Cada uno de los hijos siente, por su parte, que ha perdido su perro. Y la señora siente también, a su modo, que ha perdido su perro. No sólo el señor ha perdido su perro sino que el perro de todos se ha perdido. Y el perro de la casa, en general, se ha perdido.
Pero, cómo que se ha perdido. Pues sí, ya no está. Estaba la puerta abierta y el perro se fue. O alguien se lo llevó, o lo que sea pero el caso es que el perro ya no está y antes sí. Estaba allí, como un perro. Naturalmente. Como cualquier perro de cualquier casa. Su quehacer era estar allí y ladrar, dar con la cola, comerse todo lo que le quedaba cerca del hocico, hacerse el notorio, hacerse el disimulado. En fin: un perro. Pero ya no está. Se perdió el perro de todos, el perro de la casa.
Y la casa está idéntica, en el mismo lugar, con la misma gente, con las paredes del mismo alto, pero sin perro.
Carajo, no está el perro, dónde está, quién dejó la puerta abierta, qué no ven que se pudo haber salido. Y no está acostumbrado a andar solo por la calle. Dónde está el perro. Demonios, dónde está el perro. Quién carajos dejó la puerta abierta.
El caso es que el perro ya no está. Y el señor piensa, siente, que ha perdido su perro. Y cada uno de los demás que viven en la casa siente, sabe, que ha perdido su perro. El perro que tenían entre todos. El que era el perro de la casa. No su íntimo perro, sino su perro. El perro de cada uno de los de la casa. Qué lata.
¿Se pierden los perros? ¿Los perros son para perderse? A ver, veamos: el perro se salió. Estaba abierta la puerta. Si se salió se pudo haber perdido, o se pudo haber ido a alguna otra casa, o a alguna parte. Vamos a ver si se metió en alguna casa. Vamos a ver si anda por ahí. Si no, va a volver cuando le dé hambre. Lo mejor que le puede ocurrir a un perro perdido es que le dé hambre y vuelva a donde come. Ya está, no hay por qué preocuparse: cuando le dé hambre va a volver.
Chst, chst, chst, perro. Todos los que perdieron al perro van por las calles aledañas chistándole al perro. Al cabo va a volver. En cuanto le dé hambre va a volver. Chst, chst, perro, perrito. La casa es la única que no le puede chistar, pero está allí, sólida, es¬perando al perro. Espera y espera. Al cabo va a volver. Pero no vuelve.
Es decir, que el señor ha perdido su perro y su mujer del señor ha perdido su perro, y por consiguiente, sus hijos también perdieron su perro. No se diga la casa, que, aunque no diga, está desconcertada sin el perro. Porque todo está igual, no pasa nada, sólo que falta el perro. Es decir, que un señor ha perdido su perro. ¡Puta madre, tan buen perro!
Habiendo tantos perros, es lo de menos perder uno, piensa el señor, pero no se conforma. Sí es cierto que hay muchos perros, pero un perro es un perro. No es como un hijo: es un perro. Pero cómo se salió, quién dejó abierta la puerta, carajo, ¿qué no ven que se pudo haber salido el perro?
Pero un perro solo bien puede ir por las calles. Sortear los coches, hasta cierto punto. Digamos que hasta donde los coches pueden ser sorteados por un perro que no está acostumbrado a andar solo por las calles. O sí, aunque esté acostumbrado, hasta cierto punto. Es decir, que bien pudo haber sido atropellado por un coche en cualquier calle. Todos piensan, aunque no lo digan, que bien pudo ser atropellado por algún coche en alguna calle. Como decir: entonces el perro de la casa ya no va a volver, porque si ha sido atropellado por un coche, lo más seguro es que ya no vaya a volver. Ni siquiera rengo. Cualquiera piensa (señora, hijos, señor, casa) que bien puede no volver ya nunca si algo tan horrible le ha pasado. Y ese accidente les pasa con frecuencia a los perros en la calle. No es cosa del otro mundo. Lo pudo haber sido golpe muerto apachurrado tripas atropellado un coche y sanseacabó. Entonces no va a volver. Si le ha ocurrido un accidente.
Chst, chst, perro, perrito nuestro, perro. Bueno, puede no volver y entonces ya. Pero no es un perro que uno diga, bueno, si no vuelve, que no vuelva y ya. Porque no es un perro chico. El perro que se perdió del señor es un gran perro. Es decir, es un perro grande. Y es, además, el perro. Grande o chico, es el perro. Atropellado o perdido, o metido en cualquier otra casa, es el perro de uno y uno no tiene por qué aceptar que se le pierda su perro. Así nomás. Porque alguien dejó la puerta abierta, a lo baboso. Pero qué descuido, carajo, quién dejó la puerta abierta. ¿Y no vieron si alguien se lo llevó? Estaba tan grande y era tan buen perro que alguien se lo pudo haber llevado.
Aunque pasen días y días, uno piensa siempre que el perro va a volver. En cuanto le dé hambre. Sin embargo el argumento va perdiendo brillo. Ya le debe haber dado hambre y no ha vuelto. Demonio de perro. No ha vuelto. Ni aunque le haya dado ya hambre. A lo mejor lo atropelló un coche.
Cada quién ha de pensar algo parecido, pero nadie habla de eso. A lo mejor lo atropelló un coche, porque no sabía andar solo por la calle. Pero quién va a hablar de eso. El perro es un perro grande, bonito, fino; no muy educado, pero fino. Y grande, como para que cualquier coche que quisiera atropellarlo lo viera a tiempo de enfrenar. A menos que quisiera atropellarlo. Pero quién va a querer atropellar a un perro tan fino. No, en cuanto le dé hambre va a volver. Pero ya le debe haber dado hambre muchas veces. ¿Qué hace un perro fino cuando —y grande— le da hambre muchas veces? Volver. Hace volver. Pero no ha vuelto.
A lo mejor un señor de un coche que lo iba a atropellar y no quiso, se detuvo, se bajó del coche, sacó un mecate y trató —¡coño, qué perro tan grande, y tan fino!— de meterlo a su coche para llevárselo a su casa. Aunque fuera el perro de otra casa. A veces algunos ambicionan los perros de otras casas. Y más si el perro se salió de la casa, que está demudada, porque estaba la puerta abierta, y el señor estaba a punto de atropellarlo. Y claro que el señor del coche no sabe de dónde es ese perro. Ni sabe que un señor ha perdido su perro. Y no sólo un señor sino una señora y unos hijos, más la casa, que también lo ha perdido. Y trata de meterlo a su coche pero el perro se resiste, no le gusta el mecate. O no le gusta el señor. O no le gusta el coche. O el olor. Porque los perros se fijan en eso. El olor hace que el perro vuelva. Si es que vuelve. El olor y las patas, pues. El olor hace al perro.
Y en eso va pasando otro señor en otro coche que no tiene ni siquiera la intención, ni la posibilidad, de atropellar al perro, porque un señor de un coche lo está jalando con un mecate para meterlo en su coche. Oiga, señor, por qué jala a ese perro.
Pero este nuevo señor no es el del perro. Él no ha perdido ningún perro. O no ahora. Sino que le gustan los perros y siente algo raro. Cómo que lo está jalando con un mecate para meterlo en su coche. No ha de ser su perro. Porque si fuera, no tendría que jalarlo. Oiga, señor, por qué jala a ese perro. No es que le importe, sino que es un perro grande y fino al que un señor de un coche está jalando con un mecate para meterlo en su vehículo. Y el perro sí sabe que ese señor no es el señor de ese perro, ni trae a la señora ni a los niños, ya no digamos la casa de ese perro. Entonces, por qué lo jala con un mecate. Oiga, señor, por qué jala a ese perro grande y fi...
El señor del coche que no atropelló al perro pero lo está jalando con un mecate se sube a su coche y se va. Carajo, no debe haber sido su dueño, piensa el nuevo señor del otro coche. Qué dilema. Chst, chst, perrito, le dice, o le diría, o le habrá dicho, ve tú a saber, y el perro que ya perdió a su dueño y su casa y la señora y los niños y la perra memoria con el susto, se sube al coche del otro señor recién aparecido. Demonios, qué perros éstos. Y se va con el señor del otro coche. Qué predicamento. Los perros no tienen buena memoria. O, digamos, en ciertas circunstancias no les importa la memoria. O, lo que importa, en el caso de los perros perdidos, no es la memoria.
El caso es que el perro que perdió un señor (y, claro, una señora, unos niños, un plato, un jardín, una casa), acaba de subirse al coche de otro señor que no es el suyo y que tampoco tuvo la posibilidad de atropellarlo. Qué enredo.
Mientras tanto el señor, la señora y los niños y la casa y el plato que perdieron un perro están inconsolables. Por qué no usan teléfono los perros, coño. Cómo no pueden decir dónde andan si se pierden. Para qué se salen de la casa los perros de uno si no tienen recursos para decir de dónde son. Qué lata. El perro no aparece. Siquiera le hubiéramos puesto una medalla con sus datos. De modo que fuera un perro con una medalla de identificación. Hay perros así. Cómo, si abrimos la puerta, no le hemos puesto nunca una medalla de identificación al perro. Qué torpeza. Una medalla con la dirección y el teléfono. Y su nombre. Para que si se quedan con él sepan cómo se llama y no le anden diciendo chst, chst, perro, perro.
Pero el caso es que un señor ha perdido su perro. Y eso es lo que no está bien. No está bien que un señor pierda su perro. Por ningún motivo está bien. Siendo grande y fino, no está bien que ya no ladre, ni menee la cola así, ni enlode la ropa con la pata, ni lama la mano ni haga todas sus lecciones de perro. Carajo, dónde andará.
O adivinar si un señor que va pasando por una calle con su coche ve que otro señor, que está afuera de su coche, está tratando de meter un perro grande y fino en su coche con un mecate, le dice, oiga, señor, por qué jala a ese perro, y el señor del coche deslegitimado en ese instante, se sube a su vehículo y se va como si fuera un ladrón dejando al perro desamparado y asustado. Y jaloneado. Porque hay perros que no están acostumbrados a andar solos por la calle y cualquiera que les diga chst, chst, perrito, se los puede llevar. Siempre que no quieran jalarlos con un mecate.
Por lo tanto, el señor que no quiso, ni hubiera podido, atropellarlo, sino que le gustan los perros, le dice chst, chst, perrito, y el perro del señor que perdió su perro se sube al coche de otro señor que ni ha perdido su perro ni quería atropellar a ninguno ni sabe cuál es el señor, la señora, los niños, la casa y el plato que han perdido un perro. Qué odisea.
ero veamos: en una casa hay un señor al que le gustan los perros. Como hay muchos señores a los que les gustan los perros. No tiene nada de particular. Es un señor. Pero resulta que ese señor en particular se ha encontrado un perro. Cómo que te encontraste un perro. Pues sí, me encontré este perro. Se ve que es fino y es grande y es muy bonito. Ha de haber sido de alguien que lo perdió, porque éste es un perro fino. Alguien lo ha de haber perdido porque un señor de un coche que, por fortuna, no lo atropelló, lo estaba jalando con un mecate. Por qué jala usted al perro con un mecate, le iba a decir, pero el señor se subió a su coche y se fue y entonces el señor tiene ahora dos perros. Bueno, ahora tiene un perro y una perra, porque resulta que le encontró un perro al que otro señor de otro coche estaba jalando con un mecate y le dijo chst, chst, perro, perrito, perrito, y el perro se subió a su coche y se lo ha traído a su casa. Qué gusto pero qué contrariedad porque ahora tiene un perro y una perra, más una señora, unos hijos, una casa y un recipiente para darles de comer a dos perros. Uno que ya tenía, o más bien, una, y el que se encontró. Dos perros. Una casa con dos perros grandes y finos.
Cómo que te lo encontraste si es muy fino. Y muy grande. Sí, me lo encontré. Es como decir: estaba tirado y lo recogí y como no tenía dueño me lo traje a la casa. Quién será su dueño. Ha de tener un dueño. Ha de ser de algún señor que ha perdido su perro. Y a lo mejor el señor del perro tiene hijos y señora y casa, y ahora no tienen perro que les ladre. A lo mejor han perdido su perro. Qué contrariedad. Hay gente que pierde su perro. Por eso nunca hay que dejar la puerta abierta. Porque se salen y no pueden hablar por teléfono para decir estoy en tal o tal lugar, vengan por mí. Se pierden y ya: se perdieron. Uh, pues está muy grande y es muy fino. Y parece muy dócil, porque el señor nada más le dijo chst, chst, chiquito, y el perro se subió a su coche y por eso se lo trajo a su casa. Porque a dónde lo iba a llevar si los perros no dicen dónde viven y no dicen que un señor los perdió.
Lo de menos es que el perro se quede en la casa porque es de la misma raza que la perra de la casa y cuando la perra necesite reproducirse ya tiene perro que la ayude. Y qué perro. Un perro fino y dócil. Qué dócil es y qué fino. Y qué bonito. Se va a llamar Smith, porque es muy fino. No, mejor Maurice porque se ve que es un perro fino. Mejor hay que llamarlo Lobo. Chst, chst, Lobo, Lobo, ven. Pero el perro del señor que había perdido su perro no entiende ese nombre y no va. Chst. chst, Maurice, Maurice. Y no va. Smith, Smith, come in, come in. Y el perro va porque le están dando de comer a la perra y también le dan de comer al perro que un señor estaba jalando con un mecate, y así.
Pero, ¿pueden pasar muchos días sin que un perro perdido de una casa que tenía un señor, una señora, unos niños y un plato, se ponga triste? Está muy triste Lobo. Ven, Smith, no te pongas triste. Maurice, Maurice, por qué estás triste. Coño, cómo le haremos, el perro está triste. Ya tiene muchos días en la casa del señor que ya tenía perro —perra— pero cada día está más triste. Así los perros no pueden estar. Para qué los quiere uno así. So¬bre todo los perros que se pierden. Deberían traer una medalla al cuello con su nombre y su dirección. Porque si alguien los pierde los perros se ponen tristes. Qué caos.
¿Estará vacunado? ¿Este perro estará vacunado? Sí, tiene una medalla al cuello con la fecha de su vacuna. O sea, que sí está vacunado. No le puede dar rabia, ni moquillo. Así que era un perro al que vacunaron. ¿Te vacunaron, Smith? Maurice, Lobo, te vacunaron, ¿verdad? Habla, perrito, habla. ¿No vas a hablar? No, claro. Si hablaran no se perderían. Así es que en la medalla está el nombre de su veterinario. Con el teléfono y la dirección de su veterinario. Uf. Vamos a ver si el veterinario sabe de quién es este perro, porque está muy triste.
Mire, doctor: un mecate, sí, con un mecate. No, grande, y fino. Nosotros, Smith, pero no sabemos. Negro y muy dócil. En tales y tales calles. A lo mejor es de un señor que perdió su pe¬rro. Muy triste. Por eso, muy triste. Unos aullidos que parecen mugidos de vaca. Es decir, como de toro. Como quien dice, uno oye y parece un toro mugiendo. Nosotros, una perra de la misma raza. No, ella no. Es que un perro así. No, no puede andar sin que alguien diga qué bonito perro, me lo llevo a mi casa. Collar, sí, pero sólo con la medalla de la vacunación que dice que lo vacunaron contra la rabia (y de seguro contra el moquillo, ¿no? ¿Usted vacuna? Ah, porque nosotros también tenemos, y como está muy triste. Una tragedia. ¿Como de detectives? Ja, ja. Sí, como de detectives. Pues mis hijos. Y una señora. Nuestra perra tiene una señora y un señor, bueno, me tiene, y unos hijos y comprendemos. Casa y plato. Pero es que un señor afuera de su coche, un día, con un mecate, en tal y tal esquina. Perrito, chst, perrito. Se lo voy a agradecer mucho porque está muy triste.
Tantos perros tiene la clínica. Tantas vacunas. A ver qué perros finos hay por tal y tal calles. Qué perros, nosotros. Mire, debe de ser el perro de tal señor. Digamos: no sé, pero podría ser tal perro. Como decir, podría ser cualquier perro, pero a ver. Porque a veces se pierden. Tal número de teléfono, tal nombre.
¿Bueno? Que si aquí hay un señor que ha perdido un perro.
martes, 3 de marzo de 2009
Cada quien
Escena ocurrida anoche en el auto de uno de mis mejores amigos:
+ A ver Mario, dime, que opinas de esta cancion?
(Another day in paradise, Phil Collins)
- Pues honestamente me parece horrorosa.
+ Si verdad, bien dicen que Phil Collins es musica para secretarias malqueridas....
Y en eso entra a la conversacion la esposa de mi amigo:
* Pues yo, no soy ni secretaria, ni malquerida y esa cancion me gusta.
Despues empezo la conversacion, para suavizar un poco, sobre los discos/canciones de Phil Collins que valen la pena...
No cabe duda que callao uno se ve mas bonito. La verdad es que si bien tengo mis favoritos me considero de amplio citerio, lo cual me ha llevado a ser blanco de burlas por a veces defender cosas que si bien no me laten, pues me parecen respetables. Ayer me deje llevar :P
+ A ver Mario, dime, que opinas de esta cancion?
(Another day in paradise, Phil Collins)
- Pues honestamente me parece horrorosa.
+ Si verdad, bien dicen que Phil Collins es musica para secretarias malqueridas....
Y en eso entra a la conversacion la esposa de mi amigo:
* Pues yo, no soy ni secretaria, ni malquerida y esa cancion me gusta.
Despues empezo la conversacion, para suavizar un poco, sobre los discos/canciones de Phil Collins que valen la pena...
No cabe duda que callao uno se ve mas bonito. La verdad es que si bien tengo mis favoritos me considero de amplio citerio, lo cual me ha llevado a ser blanco de burlas por a veces defender cosas que si bien no me laten, pues me parecen respetables. Ayer me deje llevar :P
jueves, 20 de noviembre de 2008
Soy Artista
Gracias a la chamba de la Wera puedo convivir un poco con chavos creativos (unos mas que otros); siempre les envidiare un poco el hacer algo nuevo, por muy wannabe que sea, pues se antoja mas eso, que enfrentarse a rutinas, sobre todo a un huey que, como su servidor, ha decidido la seguridad que proporciona una empresa en donde hay muy poco espacio (y tiempo) para la creatividad, por eso desahogo un poco esos impulsos con cosas como el podcast y ciertamente mucho lo vivo a traves de la wereja.
Otra cosa que inegablemente me divierte de esta ocasional convivencia es el ver los distintos estilos, desde chavos supercreativos que estan desaprovechados, hasta chavos no tan creativos que se sienten el Andy Warhol tapatio.
Uno de estos ejemplo los vi el martes pasado, en una instalacion que consistia en proyectar algunas imagenes sobre un tren en movimiento, en avenida Washington mas o menos a la altura de arcos. Se vio de todo, desde la inexperiencia al querer colocar unos andamios (para las bocinas, proyectores etc...) demasiado cerca de unas torres de alto voltaje (imaginense) hasta una señora molestisima por el evento que se haria frente a su casa y del cual no le avisaron (era tiernisimo verla caminando entre el mar de gente en busca de alguien con quien hablar para que bajaran el volumen). Si bien al evento acudieron unas 300 personas, pues todas eran mas o menos del mismo circulo de creativos y casi casi todos eran amigos...
No supe si reir o llorar (el artista lloro) cuando una chava que se la pasaba recibiendo felicitaciones desconecto un cable en el momento preciso en que el tren-pantalla se acercaba, perdiendo al menos 1 de los 4 valiosisimos minutos que duraria la esperada (y chafa) proyeccion.
Aun asi valio la pena...
Otra cosa que inegablemente me divierte de esta ocasional convivencia es el ver los distintos estilos, desde chavos supercreativos que estan desaprovechados, hasta chavos no tan creativos que se sienten el Andy Warhol tapatio.
Uno de estos ejemplo los vi el martes pasado, en una instalacion que consistia en proyectar algunas imagenes sobre un tren en movimiento, en avenida Washington mas o menos a la altura de arcos. Se vio de todo, desde la inexperiencia al querer colocar unos andamios (para las bocinas, proyectores etc...) demasiado cerca de unas torres de alto voltaje (imaginense) hasta una señora molestisima por el evento que se haria frente a su casa y del cual no le avisaron (era tiernisimo verla caminando entre el mar de gente en busca de alguien con quien hablar para que bajaran el volumen). Si bien al evento acudieron unas 300 personas, pues todas eran mas o menos del mismo circulo de creativos y casi casi todos eran amigos...
No supe si reir o llorar (el artista lloro) cuando una chava que se la pasaba recibiendo felicitaciones desconecto un cable en el momento preciso en que el tren-pantalla se acercaba, perdiendo al menos 1 de los 4 valiosisimos minutos que duraria la esperada (y chafa) proyeccion.
Aun asi valio la pena...
miércoles, 30 de abril de 2008
Piggies
Parece que ya aparecio el puerco volador de Roger Waters (no, no es una ofenssa al señor) que como es su tradicion, salio volando al final de la homonima cancion durante su presentacion en Coachela el pasado fin de semana, no volo muy lejos. Recuerdo que Cesar Cosio, hijo de uno de los gobernadores que NO terminaron su periodo en Jalisco debido a su ineptitud y famoso en Guanatos por tener una compañia de Luz, Sonido y Eventos, publico un desplegado en varios periodicos por aqui, ofreciendo una recompensa de 30,000 pesitos a quien entregara al puerco entero o 20,000 si lo daba en partes; ignoro como le fue en tal empresa...

Los de Coachela fueron un poco mas generosos, ofrecian 10,000 dolares por el, aunque segun los
rumores ya lo encontraron, pero en no muy buena forma:
"It is entirely possible that I have at least part of your pig. My husband and I live at the Hideaway. We found a large pile of plastic yesterday morning on our driveway. It has some blue, yellow and silver paint. I must warn you that it is not in good shape. Maybe the balloon exploded or something. However, if you'd like to check it out, just let me know. "
Ya sabe, la proxima vez que vea un gigantesco puerco volador con consignas politicas tatuadas en el lomo, no es una invitacion a dejar de fumarse las macetas deljardin, mas bien es su oportunidad de finalmente cambiarle el piso a la cocina.
Los de Coachela fueron un poco mas generosos, ofrecian 10,000 dolares por el, aunque segun los
rumores ya lo encontraron, pero en no muy buena forma:
"It is entirely possible that I have at least part of your pig. My husband and I live at the Hideaway. We found a large pile of plastic yesterday morning on our driveway. It has some blue, yellow and silver paint. I must warn you that it is not in good shape. Maybe the balloon exploded or something. However, if you'd like to check it out, just let me know. "
Ya sabe, la proxima vez que vea un gigantesco puerco volador con consignas politicas tatuadas en el lomo, no es una invitacion a dejar de fumarse las macetas deljardin, mas bien es su oportunidad de finalmente cambiarle el piso a la cocina.
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sábado, 5 de abril de 2008
Estaba un dia haciendole al Alan Parsons cuando...
Hace unos dias pude ver de nuevo la peli "High Fidelity" toda una oda a los personajes como yo que se clavan en la inutil tarea de recolectar informacion trivial sobre musica y que podemos recitar la discografia y hasta el orden de las canciones de mas de un musico, sobra decir que le tengo mucho cariño a esa peli (tambien mi hermana).
Viendola recorde mi vieja coleccion de casettes grabados en casa, y la costumbre que teniamos quienes estudiabamos secundaria en los 80s de rolarnos dichos casettes que basicamente tenian el mismo tipo de musica pero que uno, al incluir/excluir ciertas canciones y tambien elegir el orden, pues tenia cierta "participacion" en el "proceso creativo" del asunto; bien lo decian las contraportadas de los viniles mexicanos en aquellos tiempos "el disco es cultura".
Punto y aparte merecia el hacerle un casette mezclado a la prenda amada, aquella niña de cabellos parados amante de Ratt, de The Outfield o de U2 y The Cure con la que tenias la suerte de compartir 6 horas de tu dia de lunes a viernes.
La mejor manera de hacerlo era en una sola sesion, equipado con un cuaderno "scribe", lapiz, el casette a regalar (un Maxwell "metal", o un Sony fosforecente eran buenas opciones), el stereo de papa y unos audifonos (normalmente la tarea comenzaba cuando todos se iban a dormir) y una montaña de vinilos y casettes entre propios y prestados de donde uno trataria de encontrar las palabras (ajenas, of course) que mejor representaran el mensaje a transmitir. La seriedad de esta tarea implicaba no solo encontrar las mejores canciones, sino tambien acomodarlas de tal manera que no quedaran espacios largos de silencio al final de cada uno de los lapsos de 30 minutos de que disponias. Lo mejor era que ningun artista se repitiera en el casette pero que hubiera un hilo conductor en cada rola, una secuencia logica e ideal; tenias que abrir con algo leve pero sabrozon, para a la altura del 3er tema apabullar a la trenzuda y no dejarle ninguna duda sobre si debia o no poner el lado "2" de tu manifiesto y despues escucharlo una y otra vez. El toque final lo ponias al escribir los nombres de las canciones en el cartoncito de la caja del casette y al rotular las etiquetas y el lomo de la cajita con un titulo tan profundo como "Para Juanita", "Baladas Rock" o "'87 songs".
Con suerte ella volveria al salon preguntandote sobre los artistas y con mas suerte aun te pediria que le grabaras mas...
El ipod es un invento maravilloso, pero como la mayoria de las cosas que nos hacen la vida mas amable nos hacen preguntarnos si no estabamos mejor antes. O tal vez solo me estoy volviendo viejo. Lo que si estoy seguro es que el shuffle jamas sera tan bueno como yo para programar.
Viendola recorde mi vieja coleccion de casettes grabados en casa, y la costumbre que teniamos quienes estudiabamos secundaria en los 80s de rolarnos dichos casettes que basicamente tenian el mismo tipo de musica pero que uno, al incluir/excluir ciertas canciones y tambien elegir el orden, pues tenia cierta "participacion" en el "proceso creativo" del asunto; bien lo decian las contraportadas de los viniles mexicanos en aquellos tiempos "el disco es cultura".
Punto y aparte merecia el hacerle un casette mezclado a la prenda amada, aquella niña de cabellos parados amante de Ratt, de The Outfield o de U2 y The Cure con la que tenias la suerte de compartir 6 horas de tu dia de lunes a viernes.
La mejor manera de hacerlo era en una sola sesion, equipado con un cuaderno "scribe", lapiz, el casette a regalar (un Maxwell "metal", o un Sony fosforecente eran buenas opciones), el stereo de papa y unos audifonos (normalmente la tarea comenzaba cuando todos se iban a dormir) y una montaña de vinilos y casettes entre propios y prestados de donde uno trataria de encontrar las palabras (ajenas, of course) que mejor representaran el mensaje a transmitir. La seriedad de esta tarea implicaba no solo encontrar las mejores canciones, sino tambien acomodarlas de tal manera que no quedaran espacios largos de silencio al final de cada uno de los lapsos de 30 minutos de que disponias. Lo mejor era que ningun artista se repitiera en el casette pero que hubiera un hilo conductor en cada rola, una secuencia logica e ideal; tenias que abrir con algo leve pero sabrozon, para a la altura del 3er tema apabullar a la trenzuda y no dejarle ninguna duda sobre si debia o no poner el lado "2" de tu manifiesto y despues escucharlo una y otra vez. El toque final lo ponias al escribir los nombres de las canciones en el cartoncito de la caja del casette y al rotular las etiquetas y el lomo de la cajita con un titulo tan profundo como "Para Juanita", "Baladas Rock" o "'87 songs".
Con suerte ella volveria al salon preguntandote sobre los artistas y con mas suerte aun te pediria que le grabaras mas...
El ipod es un invento maravilloso, pero como la mayoria de las cosas que nos hacen la vida mas amable nos hacen preguntarnos si no estabamos mejor antes. O tal vez solo me estoy volviendo viejo. Lo que si estoy seguro es que el shuffle jamas sera tan bueno como yo para programar.
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jueves, 10 de enero de 2008
Su Radito
En el Blog de Sachiel hay una pequeña cronica de nuestra fugaz y no muy bien planeada visita a Sayula el Domingo pasado. Algo de lo que mas me divirtio fue el hecho de que G llevara unos radios para comunicarnos en el camino, tenian un alcance de 3Km, distancia suficiente para irnos divirtiendo, fuimos traileros, policias, taxistas y cualquier fauna usuaria de estos artefactos que se les ocurra, sin olvidar la lectura de los versos de la mentada anima gay de Sayula.
No estaria nada mal haber sabido un poco mas de claves de radio para hacer la cosa mas divertida, ni hablar, tal vez la lectura del anima o las de Juan Rulfo (intento frustrado de Gil por hacer mas "divertido" el viaje) hubieran quedado como este extracto de "Cien años de Soledad" descrito a continuacion:
"José Arcadio Buendía estuvo en 27 en tiempos de clave Tláloc en un cuartito que construyó al fondo de un 94 para que nadie tuviera 62 de sus experimentos."
( de una nota de la BBC )
No estaria nada mal haber sabido un poco mas de claves de radio para hacer la cosa mas divertida, ni hablar, tal vez la lectura del anima o las de Juan Rulfo (intento frustrado de Gil por hacer mas "divertido" el viaje) hubieran quedado como este extracto de "Cien años de Soledad" descrito a continuacion:
"José Arcadio Buendía estuvo en 27 en tiempos de clave Tláloc en un cuartito que construyó al fondo de un 94 para que nadie tuviera 62 de sus experimentos."
( de una nota de la BBC )
martes, 18 de diciembre de 2007
Globeros
No es raro que a 14 años casi de entrada en vigor del TLC las partes involucradas pidan revisar o de plano cancelar capitulos completos por que de plano su aplicacion significaria la desaparicion (o almenos completa transformacion) de industrias completas, los agricultores mexicanos le tienen pavor a los americanos y los transportistas americanos se ponen a temblar de pensar que nuestros folcloricos camiones manejados por choferes maldormidos entren a competirle. Quienes eramos unos adolecentes cuando Salinas queria literalmente vendernos el sueño americano solo pensamos en que estaria muy padre que hubiera mas McDonalds, Starbucks, Costcos o que pudieramos comprar milky ways o budwisers en los oxxos o por que no? en los seven-eleven.
Creo que como casi cualquier cosa en la vida, el resultado tiene dos caras. Por un lado nuestros productores se han visto obligados a hacer cosas de mejor calidad y precio para poder cometir, hemos tenido muchas mas opciones que hace 20 años apenas se empezaban a ver y ciertamente el tiempo ha puesto las cosas en su lugar y pocp a poco nos hacemos selectivos y no compramos cosas nomas a lo pendejo por que son gringas o de cualquier otro pais. Los mexicanos ya no solo hacemos los empleos que los americanos no querian hacer si no muchos tambien que si desean (en mi chamba lo he visto muchas veces). La trsitisima parte es ver como se han ensanchado las diferencias sociales, los ricos se hacen mas ricos y los pobres mas pobres, los unicos que pueden andar libremente por las fronteras son los productos y cada dia esta mas cabron conseguir una visa.
Pienso en lo que es la globalizacion para mi y me veo trabajando en mi casita conectado con gente en la india, holanda y usa volteo a la mesa y veo objetos de mil nacionalidades: una taza mexicana (espero), una cuchara china comprada en chicago de una marca suiza, chocolates americanos... un sinfin de cosas que probablemente cruzaron mas de 3 fronteras para ser realizados simplemente por que era la opcion mas barata.
Mas sin embargo creo que no tenemos opcion mas que integrarnos, y como lo hemos demostrado a travez de la historia, ya encontraremos la manera mas adecuada.
Al menos el Taco duerme a mis pies.
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jueves, 29 de noviembre de 2007
Estampas Tapatias
Y tomala barbon! ayer recibi un correo electronico de parte de un empleado de Mural avisandome que el proximo lunes me convertire en el feliz poseedor de una camara digital kodak ya que su jurado determino que mi foto "ellos y nosotros" fue una de las 5 mejores recibidas en su concurso en novimbre, eso me convierte tambien en suspirante para ganar un viaje doble a cancun dentro de 10 meses.
Ora si que si bien llegue a fantasear con que esto ocurriera, pues no me hubiera sorprendido en absoluto que no me llamaran. El puro gusto de ver la foto publicada fue suficiente para mi.
Ora si que si bien llegue a fantasear con que esto ocurriera, pues no me hubiera sorprendido en absoluto que no me llamaran. El puro gusto de ver la foto publicada fue suficiente para mi.
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lunes, 5 de noviembre de 2007
Daft Punk
Pues finalmente ayer estuve en el chou de los franceses pa que nadie me viniera con el cuento de que es the biggest show on earth.... pos ta chido, pero dista mucho de serlo, al menos para un amante de la musica como yo (y como diria Roberto Carlos, un amante a la antigua que sule todavia mandar flores), aun asi pase un buen rato en una ubicacion que me parecio privilegiada (que alguien me explique como es que dos dias antes del chou pudimos adquirir esos boletos...) y siendo testigo de como medio mundo le veia la cara de tontos a la seguridad del flamante Auditorio Telmex, sin dejar atras tambien varios absurdos por parte de los mismos encargados de la seguridad.
Del show no tengo nada que decir, chida musica y chidos visuales, pero mas o menos el equivalente a entrar un antro muuuy chido y pedirle a los encargados que lo pongan a funcionar a su maximo despliegue de recursos, nomas hacia falta que anduvieran meseros sirviendo bebidas, aunque seguramente el promedio de edad andaba en los 20 pasaditos...
Este jueves Travis, una de mis bandas favoritas...
Del show no tengo nada que decir, chida musica y chidos visuales, pero mas o menos el equivalente a entrar un antro muuuy chido y pedirle a los encargados que lo pongan a funcionar a su maximo despliegue de recursos, nomas hacia falta que anduvieran meseros sirviendo bebidas, aunque seguramente el promedio de edad andaba en los 20 pasaditos...
Este jueves Travis, una de mis bandas favoritas...
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viernes, 19 de octubre de 2007
Estatuas de Sal
Los politicos no deberian tener estatuas, mucho menos los contemporaneos, ponerse necio en ponerle una estatua a Fox para a webo hacerlo ver bien en un momento en que se ha convertido en el villano favorito del pais (no al nivel de Salinas, a este huey lo odian con miedo-respeto y Fox es como el nerd del salon que una vez fue novio de la mas bonita) me recuerda a la vieja URSS o a Saddam, es mas hasta cayo igualita la estatua. Yo mas bien creo que lo hacen con la intencion de que el señor levante las ventas de sus libros en Barnes & Noble
De hecho recuerdo muy pocas estatuas que me gusten y de esas, creo que ninguna tiene que ver con algun personaje historico o politico. Por cierto, echenle una mirada a la "madre patria" de av Mexico y casi Chapultepec, "she's is hoooot".
Una alternativa para hacerle frente a la horrorosa estatua de Foxy en Veracruz seria mandarla poner una como el monumento con que algunos camaradas rusos pretenden endilgarle Borist Yeltsin para no olvidar como fue su periodo al frente de los destinos de la renaciente union de republicas:
La cosa esta se llama "monstruo biomorfico" y aun no esta instalado, esto es un fotomontaje. Tal vez una botella bailarina (como las latas que traen los camioneros) de vodka al ritmo de la "macarena" seria mas representativa. Que ni le busque Fox por que puede acabar con alguna escultura alusiva a cualquiera de sus muchisimos pasajes comico-magicos-musicales. A fin de cuentas su periodo es muy parecido al de Yeltsin, fue el inepto enterrador de un regimen que solito se murio.
Tu como harias el monumento a Fox?
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