La vida leve
lunes, 3 de octubre de 2016
Casa Tomás
El sábado vi como un bato le dio 50 pesos a un artista callejero para que se “fuera a cantar a otro lado” y lo dejara seguir disfrutando de su velada en la terraza de un restaurante español. Yo estaba en la mesa de al lado y tuve sentimientos encontrados, por un lado el artista era la cuarta persona que llegaba a pedir o vender algo a los que estábamos en el restaurante y pues si es un poco inoportuno. Por otro lado, quienes tenemos el privilegio de tener lo suficiente hasta como para ir a un restaurante en sábado por la tarde mínimo deberíamos aguantar vara de que estas cosas ocurran.
El artista solo se movió un par de pasos, se veía que le molestó el asunto y le tomó por sorpresa, el compa puso cara de encabronado cuando el artista comenzó a cantar de nuevo.
Yo estuve tentado a darle 100 pesos para que cantara más fuerte, pero mi cabeza era un remolino de ideas encontradas.
sábado, 3 de septiembre de 2016
miércoles, 3 de abril de 2013
jueves, 7 de marzo de 2013
Circulo Vicioso Sesión 14 (4a parte)
Después de un pequeño cambio en el orden de los presentadores, Fernando se despide con un par de canciones de tintes criminalescos y cierra su noche con un clásico de The Doors; Mario pierde la seriedad e intenta ponernos a bailar en su set pre-halloween; Aldo coloca 3 rolas de uno de sus géneros favoritos: Samba Rock y Edgardo trata de no desentonar con rock de ritmos latinos. Cierra la noche Memo aún recuperándose de la impresión y poniendo un bonus track a cargo de Velvet Underground.
lunes, 21 de enero de 2013
viernes, 18 de enero de 2013
Mr Roboto
Un pequeño
extracto de los muy disfrutables “Diarios de Bicicleta” del rockero venido a filósofo,
David Byrne. Para Elías. El párrafo en realidad corresponde al capítulo
dedicado a Filipinas:
The
Philippines, for many Americans, is the land where maids
and nurses come from, and that’s about all they know
about it. I have to admit I’ve seen quite a lot of men and
women in medical attire. Filipinos are hopeful that Japan,
for example, might employ some of their highly trained
medical personnel, but the Japanese are notoriously uncomfortable dealing physically with foreigners,
and the idea of being touched by one, God forbid!
The Japanese instead prefer to develop robots to take
care of their own mundane housekeeping and medical needs. Racism as a spur to technical
innovation.
lunes, 31 de diciembre de 2012
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