jueves, 30 de julio de 2009

Generacion 89-92

Hay gente que siempre está en tu vida y viceversa, se preocupan un poco el uno por el otro aunque no sean amigos realmente, tal vez si algo grave le pasara al otro, la noticia le llegaría en un par de semanas, pero de que la notici le llega le llega, y de que el sentimiento que generaría seria autentico, lo seria.

. Nunca ha pasado mucho tiempo sin que esté al tanto de lo que pasa en la vida de L. La conocí hace prácticamente 20 años cuando entramos en la preparatoria, estaba en el salón "de al lado" (el de las femme fattales de la escuela) pero aun así nos dimos la oportunidad de convivir en distintas situaciones, estaba considerada solo un poco abajo de las "buenotas inaccesibles" de mi generación, lo que lo bien podía hacerla una chava muy asediada, pero tenía un defecto, tenia novio prácticamente desde que llego a la escuela, y además el chavo era buenísima onda, así que nunca fue en realidad tema de las calenturientas conversaciones que tenia con mis otros quinceañeros amigos en aquellos años, reglas no escitas del universo masculino-adolescente. Ella siguió en la misma escuela que varios amigos míos para cuando hicimos la universidad, así que seguí en cierto contacto con ella, supe que se caso muy chava (con el mismo chavo) y que a los 22-23 ya se desvelaba tratando de dormir a alguna de sus niñas, siguió en contacto con algunos amigos míos por aquello de que sus hijos convivieran y cosas por el estilo que yo aun no he vivido. Inclusive durante años he recibido su spam y he estado al tanto de su vida gracias a Facebook.

Ya está en la etapa de empezar a buscar algo que hacer por que sus hijas ya no quieren salir con ella y solo es cuestión de un pestañeo para que apenas y las vea. Y eso es lo que la trajo a nuestra primera real platica de cuates en 20 años, creo que nunca habíamos estado solo en una mesa platicando; me llamo para ofrecerme algún paquete de inversión que la compañía para la que ahora chambea ofrece, y aunque yo sabía que no estaba interesado, decidí verla solo por el gusto a verla. 20 años en 30 minutos, básicamente los mismos muchachitos que en aquellos días, pero un poco mas arrugados, un poco más gordos, un poco menos soñadores, tal vez un poco más felices y a la vez un poco mas tristes. Fue curioso hablar de planes de retiro, pudimos visualizarnos dentro de otros 20 años. Se que volveremos a vernos entonces y todo será igual, si acaso unos cuantos "un poco más" que agregar a la lista.

2 comentarios:

freivaj dijo...

¡Orale con las reuniones de excompañeros!

Sí que parece desgastante, volver a ver aquellas personas, con ciertas diferencias y sus recorridos.
Aunque uno no deja de alegrarse, por lo mismo.

Mario dijo...

pero mas que excompañeros de escuela, son excompañeros de vida, siempre sabes de ellos aun y cuando nunca en realidad sean cuatazos...