miércoles, 26 de septiembre de 2007

Esos extraños seres, las herramientas

De los dos hijos de mi padre, el menor (o sea su servilleta) fue el que le salio medio torpe pa eso del trabajo fisico, la fuerza bruta o el uso de herramientas. Y es que esas son actividades que rara vez despiertan mi interes; pase casi toda la infanca sin saber montar una bicicleta, sin ser un habil patinador o sin haber bailado un trompo (eso aun no lo he logrado), mis solitarias tardes de pequeño las pase encerrado escuchando discos de los beatles, armando rompecabezas, jugando turista solo (???) y leyendo "clasicos juveniles" o novelas de teror baratas onda stephen king. Si le agarre amor al beisbol, al futbol americano y eventualmente a juegos normaloes con los vecinos de mi cuadra, tampoco era un rarito, pero comparado con mi hermano pues estaba a años luz de distancia, ese huey es el terror de las cosas nuevas que al llegar a casa en sus manos acaban desarmadas, vueltas a armar (con piezas menos) y hasta con fines alternativos a los que originalmente les fueron pensados.


Los años pasaron y esa carencia de habilidades se convirtio en franca huevonada, me da una fiaca terrible pintar una pared, cortar un jardin, los taladros, lavar carros (creo que no lo he hecho desde adolecente), cambiar una llanta, lavar un motor y ese tipo de cosas... algunas las hago cuando me pongod e modo y otras solo las evito olimpicamente.


Les echo todo este rollo por que desde el fin de semana pasado estoy hospedando a una podadora de gasolina que mis padres me han dejado en prenda por unas semanas en lo que planean una salida a su "casa de pueblo" en Nayarit, ya saben, al no tener hijos (ni muebles) lo que sobra en casa es espacio y si bien mi papa es partidario de que "no molesten a Mario por esas cosas" mi mama solo vio la podadora en su pequeña casa y tramo la manera en que alguien mas la guardara, yo no tengo problema alguno.


El caso es que se que la expectativa de mi padre es que, dado que ya la podadora descansa en mi casa, pues al menos aprenda a usarla para ahorrarme los tres pesos que me cobra el jardinero durante el tiempo que dura el aparatejo del demonio en mi casita (yo que hasta dispuse una recamara pa el solito... bueno... la comparte con el burro de planchar). Seria un reto interesante, lo primero que tengo averiguar es como le voy a hacer para cargarle gasolina a la cosa esa...


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