Uno de aquellos chidisimos dias en Portland nos fuimos con nuestro anfitrion a ver la entonces flamante "The curious case of Benjamin Button"; sin caer en detalles de la peli yo tenia muchas ganas de ir por que el cine al que asistimos era una verdadera reliquia y no queria dejar pasar la experiencia. Recuerdo que ahi le conte algunos recuerdos cineros que tuve durante mis visitas infantiles al pueblo de mi mama (cines de pueblo, sin techo, sobre una pared, con unas sillas espantosas, vendedores dentro del cine, peleas, todo, increible...), y pues bueno me quede con el gusanito de volver al Cine del Bosque en Guadalajara, el unico sobreviviente (creo) de la epoca anterior a la llegada de los supercomplejos.
Y se mantiene en buena forma, nunca ha cerrado sus puertas, salvo cuando, hace unos 10 años decidieron partir la sala en dos para tratar de competir con las cadenas, visto a la distancia parece ser un mala decision (como Reagan, le diria a los dueños "Turn down that wall!"), pero bueno, lo hecho, hecho esta y mejor hablemos de lo que es ese cine y no de lo que no es.
Como ya dedujeron, tiene dos salas pequeñas en aceptables condiciones: aunque obviamente se extrañan las enormes dimensiones (de la pantalla y de las butacas) a las que ya nos acostumbramos, pero, pues es precisamente en otras pequeñeces en donde reside su encanto. Para empezar se ve que las personas que lo atienden, o son empleados de muchos años o son de plano de la familia, no son unos chavitos entrenados como maquinas. Su mayor plus es su dulceria, tienen Sangria Señorial (neta!), galletas de granola, platitos de Jicama!, papas y palomitas caseras, y si pides un limon te indican donde esta el cuchillo y el exprimidor para que te atiendas tu mismo.
Su mayor defecto es la estacionada, los lugares son justisimos para el fin de semana, y la mayoria de la gente acabamos haciendo fila en el auto esperando que salgan los de la funcion anterior para entonces meternos (de todos modos es obvio que la funcion no empezara sin nosotros), y eso hace perder valioso tiempo que podria ser aprovechado en la dulceria. Creo que el que esta mal soy yo por ir en auto, pronto intentare un medio alternativo :)
Dicen que toda espera tiene sus recompensas y los dueños de estos cines, se estan beneficiando, de la tendencia (mundial) de ver los ojos a la comunidad y apoyarla, lastima que otros cines de su tipo ya fueron derribados (on tas querido cine Las Aguilas?) o se usan para otro fin (como el gran cine Chaplin). Tal vez un estacionamiento para bicicletas no les caeria mal, aunque imaginense los olores en la sala...
Eso si, no esperan nada muy experimental en el cine, normalmente tienden a la cosa familiar (el sabado pasado compartimos sala con practicamente puras parejas de 60 pa'rriba), aunque bueno, si pasaron Slumdog Millionare... Ademas tiene su blog, que de vez en vez sale en la barra a la izquierda de este Blog...
3 comentarios:
Mi cine favorito en GDL, sobre todo las palomitas (o si es temporada, la jicama) con chile! :)
acá en PuebloQuieto nos dedicamos con tesón a darle enla madre a los cines de antes, y a los originales... Ahora son unos bellos/espantosos centros comerciales.
Que asco.
Aranza,
A poco la Jicama es una fruta de temporada? yo siempre la veo por todas partes, sobra decir que es de mis favoritas...
Sivoli,
Por aca tambien, varios de los cines mas grandes (aquellos de los 40s-50s en que cabian unas 1500-2000 personas, o mas) tuvieron un final de centro comercial, edificio de oficinas o algo parecido. Algunas notables excepciones fueron el Roxy (ese ya le anda pegando al siglo) que fue foro de conciertos, auqnue ya no esta funcional (ya no es seguro), el Cine Diana (convertido en un flamante teatro) y el Variedades (que esta en obra para ser el teatro de la ciudad desde hace al menos unos 5 años...), otros de los grandotes como el Avenida (centro comercial), Metropolitan (oficinas corporativas), Chaplin (auditorio de un colegio marista) no tuvieron tanta suerte, los mas fueron derribados o abandonados...
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